
En el momento de remodelar nuestros hogares, tenemos en mente una idea para que queden completamente diferentes, con estilo, personalidad y buen gusto. Para lograrlo, uno de los aspectos más significativos es el piso, pues al cambiarlos le daremos una vista renovada a la casa.
Sin embargo, hay que estar conscientes de que una remodelación puede resultar costosa, por ello, en el momento de elegir qué se va a remodelar y cómo, debemos tener en cuenta que no debemos hacerlo solo por la moda del momento, pues cuando ya no esté en tendencia vamos a querer cambiar nuevamente, lo cual se traduce en gastos enormes. El objetivo es remodelar pensando en algo que sea impactante, elegante, hermoso, que nos guste y que perdure con el tiempo. En este caso, si queremos cambiar los pisos y nuestro ambiente en casa, una buena opción serían los Pisos Laminados, ya que son un detalle de buen gusto, cambiando totalmente la apariencia en el hogar. ¿Lo mejor de todo? Se adaptan a todas las temporalidades del año.
Desde siempre, estos pisos han sido una gran opción para hogares u oficinas, pues son elegantes, duraderos y bastante funcionales, es decir, que generan un ambiente fascinante. Actualmente existe una gran variedad de pisos laminados, que puedes ver aquí; los hay en diversos colores, texturas y tamaños, entre otras características, por lo que hoy en día las personas pueden elegir el que más les guste y se adapte a sus exigencias.
Otra de las ventajas de estos pisos es que son fáciles de instalar, no necesitan adhesivos y simplemente debemos colocarlo encima del piso original, pues no es necesario removerlos. Instalarlos no llevará mucho tiempo y, como no hay que esperar a que seque, se pueden usar el mismo día de su instalación. En pocas palabras, este tipo de pisos vienen siendo como una instalación flotante.
Además, los Pisos Laminados son muy fáciles de limpiar, ya que basta con remover el polvo y limpiar con agua, sin embargo, si queremos que se prolongue su tiempo de vida, deberás darle cuidados especiales, por ejemplo: no dejar líquidos derramados mucho tiempo en el piso, ya que esto terminará por dañar el recubrimiento protector laminado. Debemos remover diariamente el polvo, para ello haremos uso de un cepillo de cerdas finas para evitar rayarlo y, a la hora de limpiarlo, tratemos de utilizar solo agua tibia para no manchar el piso con ciertos químicos o detergentes fuertes. Lo ideal sería tomar un paño, sumergirlo en un balde con agua tibia y pasarlo por todo el piso. Después, tomamos un paño seco y lo pasamos sobre el piso nuevamente para absorber el agua que haya quedado estancada. En el caso de que nuestro piso laminado tenga una mancha de suciedad fuertemente pegada, entonces podemos limpiarlo con agua tibia, un chorrito de desinfectante y un toque de un detergente suave.